John Fitzgerald Kennedy; Robert Kennedy; Malcom X; Martin Luther King... Diríase que el drama de EEUU no está en las armas, sino en que éstas acaban siempre con los mismos. Barack Obama pronto comprendió que su gabinete financiero, iba a seguir siendo el mismo de George W. Bush y que sustituirlo no era negociable. Desistió de sus medidas correctoras para Wall Street y de su deseo de implantar una Seguridad Social “europea”. Una de sus correligionarias más comprometidas era Gabrielle Giffords; representante del estado de Arizona. Sin la responsabilidad de su lider, emprendió una romántica cruzada personal en favor de la Seguridad Social. Giffords no sólo ensalzaba "el bienestar europeo" en sus mítines; se mostraba tolerante con los “emigrantes ilegales”; partidaria de los estudios con células madre (todo una ofensa para el creador) y defensora de las energías renovables. Para algunos, no resultaba fácil igualar su antiamericanismo.
Hace varios meses una bala en la cabeza tumbó a Giffords, mientras la matanza se hacía extensible a seis de sus colaboradores. Milagrosamente Giffords ha salvado la vida y acaba de reaparecer. Por el momento su ejecutor ha sido declarado “mentalmente incompetente” para ser procesado. Un juez, esgrimió “la locura” del acusado, alegando que Jared Lee Loughner sería “incapaz de comprender” que se le está juzgando, con lo cual resultaba más apropiado no hacerlo. Heroico Loughner y heroico el juez. Toda una advertencia para futuros románticos. Desequilibrados nunca faltan.
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